sábado, 15 de marzo de 2008

¿Quién quiere estudiar filosofía en la UNAM? ¿Y negocios en la ITAM?

Dos cosas:

1. No siempre estoy de acuerdo con todo lo que en la UÑAM se promulga, fuera de lo académico, en lo ideològico. Hay bastantes rojitos de chocolate que hacen pensar que revelarse contra el sistema es tan sencillo como vender piraterìa o mentar la madre de algún director... Realmente me causa molestia ver y escuchar debates dizque marxistas donde los argumentos no son otra cosa que consignas llenas de necedades sociales y esfuerzos furibundos por llevar, a la fuerza, los textos clásicos a la realidad callejera. Eso preocupa.


2. Pero es evidente que en las escuelas de alto cachete (oséase, alta colegiatura) las habas también se cuecen y se cuecen con tremendas ganas. Aquella eterna lucha entre pública y privada: que si una es más humana, que lotra es mas banal y asì ad vomitum... Lo que fue publicado por Carlos Mota en el Milenio hace cosa de unos días a uno lo prende como egresado de la casa de estudios de la cual habla, pero también lo hace reír mucho dada la manera de dejar claro que primero: los que hacen negocios y ven que (efectivamente) en un mundo capitalista no hay maneras de sobrevivir sino ganando quincenas (negocios, como él dice y dice correctamente) suelen dejar claro que lo que hacen no es escribir para informar sino escribir para alebrestar; digo, su columna quedó casi casi que ni pintada para post de Blog que finge ser snob para obtener mentadas de madre y de paso, su grandiosa crítica que los hace famosos... [¡pintadísimo!]

Y segundo: nos permiten la oportunidad de felicitar a algún pequeño grupo de publicistas, mercadólogos, periodistas y claro, hombres de negocios y su respectiva ración de filósofos de la UÑAM que aún se convencen de que, para sobresalir, es necesario aprovechar los conocimientos adquiridos para causar polémica, de esa que tanto conocemos en los chismes de televisión y aguerridos asuntos deportivos... ya saben, la vieja táctica de tocar nervios específicos de cierto target (oeeei) para así poner nombres, estrategias políticas, campañas venideras en boca de todos... ¿de verdad creen que los lectores somos tan ignorantes? o bueno...a lo mejor muchos si.

Y eso pasa en todos los medios que se dicen públicos e innovadores...

Les dejo un par de comentarios hechos por dos académicos respecto a la citada columna:

  • Jorge Pérez Gómez quien estudia, investiga y practica la comunicación. Además de que la enseña en la UNAM-FES Acatlán
  • Ernesto Priani Saisó quien estudia y practica la filosofía. Además de que escribe sobre ella, y la enseña en la UNAM.


Señor Carlos Mota:
Su colaboración en Milenio Diario “¿Quién quiere estudiar filosofía en la UNAM?” me puso a reflexionar. Le comparto lo que pienso al tiempo que le agradezco que se haya atrevido a publicar ese “artículo”.
1. La filosofía y los negocios son dos cosas distintas. Le recomiendo que aprenda a hacer distinciones (elementales). Si no, pues estudié filosofía, porque de negocios se nota que sabe mucho y quizá hasta de más, y esto no lo discuto ni lo niego, al contrario, pienso que es un buen hombre (de negocios, claro).
2. ¿Sabe que en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM no se estudia filosofía? Le pido que algún día se dé una vuelta a Ciudad Universitaria (quizá para dictar una conferencia de negocios en Las Islas), para que cuando menos reconozca físicamente a esta Facultad de la dedicada a la Filosofía y las Letras.
3. Si usted nada más ha dictado una conferencia en la UNAM, seguramente es porque su calidad académica es nula (sugiero). A las pruebas me remito.
4. Si quien se comunica de pronto piensa que si no le entienden es “porque el problema está en el otro lado”, pues simplemente es porque no sabe comunicarse con eficacia. Así de fácil. La comunicación es un acto heterónomo, estimado señor Mota.
5. Señor Mota, ¿cuál es su autoridad académica para criticar los cerca de 100 planes y programas de estudio de la UNAM? ¿Es usted experto en física cuántica, química orgánica, piano, literatura italiana, en periodismo creo que no, en manejo de recursos costeros, biología, sociología, pedagogía, canto, teatro, actuaría y todas las ingenierías, y demás áreas de conocimiento que imparte la UNAM? Pienso que sólo es experto en negocios, como usted lo declara. ¿Y de dónde saca usted o desde cuál dizque teoría de negocios supone que los planes y programas de estudio (no sólo de la UNAM, sino de cualquier universidad) se vinculan expresamente con “adoctrinamientos”? ¿O quizá usted no superó la Guerra Fría?
6. En un país plural y diverso como México, alguien tiene que hacer negocios, otros hacen periodismo y otros piensan. Le propongo que sólo se dedique a lo primero (es lo suyo), deje el periodismo a los periodistas serios y profesionales y que la labor de pensar la realidad se la deje a los que saben pensar. Supongo que lo tercero también es su caso, si no, pues a ponerse a estudiar.
7. Usted escribió en el artículo de marras: En Estados Unidos es numeroso el grupo de filósofos o egresados de escuelas de arte que luego estudian un MBA. ¿Su propósito? Hacer negocios. Prosperar. Aquí, sin embargo, los exportamos a los campamentos guerrilleros latinoamericanos. ¿Por qué es ese su destino? Pregunta inocente; ¿es en serio? ¿Filósofos dedicados a los negocios? ¿Exportamos filósofos que hacen negocios a los campamentos guerrilleros latinoamericanos? ¿Lo dice en serio?
8. Señor Mota, su “periodismo” es de ocurrencias, impresiones, panfletario y de sentido común (muy común y hasta corriente). No maltrate con sus “palabras” al medio que le publica y menos a sus lectores.
Le mando un saludo cordial. Gracias por su atención.
Jorge Pérez
Profesor de la UNAM
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¿Y quién va a leer los periódicos?

Cuando en apariencia la libertad de expresión se ha ganado, la calidad y el nivel del periodismo en México parece querer desaparecer. En una porción significativa de los medios impresos, la opinión ha sustituido en importancia y valor a la investigación y el análisis.

Varios periódicos sustentan el interés en sus páginas sobre todo en las “firmas” destacadas –que casualmente son plumas que están en todos los medios, por si alguien quiere una clave para entender su cada vez más notoria uniformidad. Y ocurre que en muchas de las columnas, es cada vez más frecuente encontrar que la información y la reflexión han desaparecido y en su lugar es la opinión –cualquier cosa en realidad que esto sea- lo que ha ocupado su lugar.

Estamos frente a un periodismo de las impresiones y ocurrencias, más que de los hechos y datos. Se apuesta más al efecto mediático de la ocurrencia provocadora, que a la valoración de los acontecimientos. Y resulta ser más partidaria de la alabanza y el improperio, que propiamente del juicio. Un periodismo, pues, que se aleja cada vez más de su función mediadora, y de poder equilibrante, para adquirir con mayor frecuencia el rostro del pasquín y del panfleto. No voy más lejos y sólo pregunto, ¿será por eso que la prensa esta perdiendo la carrera frente a Internet? Hay por supuesto ejemplos extremos de todo esto. Y uno de ellos es el artículo publicado el 6 de marzo en Milenio Diario por Carlos Mota ¿Quién quiere estudiar filosofía en la UNAM?

El “artículo” es un ejemplo impecable de lo que es la “opinión”. Sobre la base de un solo dato –la presencia de una egresada de la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en un campamento de las FARCS- y de sus impresiones sobre una visita para impartir una conferencia a la UNAM –quién sabe a dónde, quién sabe cuando y quién sabe a qué- Carlos Mota concluye cosas como que la intención profesional con la que egresan varios jóvenes de esas facultades (incluye a Ciencias Políticas que no venía a cuento, pero que había que meterla) que quieren romper el mundo no construirlo. Podríamos decir muchas cosas de esta afirmación, pero sólo preguntemos, ¿sabrá el autor que una conclusión general no puede extraerse de un caso particular y que una mera impresión no constituye conocimiento?

En realidad, el artículo es un claro ejemplo del carácter panfletario de la “opinión”. Porque subraya la existencia de una realidad a la cual habría que plegarse. Para él, quien no trabaja en Sabritas o Nike, no es productivo, y tan esto es así, que los filósofos que no se dedican a los negocios no deberían estudiar filosofía –al menos no aquí, si lo pudieran hacerlo en Estados Unidos.

Por lo visto, para Mota, no hay lugar para lo que difiere de la que hay que suponer es una monolítica y lapidaria “cultura empresarial y de negocios”. Pues por el artículo queda claro que él no tiene apertura para comprender lo que es distinto, diferente, contrario a lo que conoce y defiende, porque no está dispuesto a ir más allá de sus apreciaciones primarias, sobre una información ocasional.

Y uno no sabe qué lamentar más. Si el desconocimiento casi absoluto de la naturaleza de las humanidades y de las ciencias sociales en el autor, sus prejuicios acumulados –estoy convencido que por una ignorancia largamente cultivada. La intención de atacar a la UNAM sin más bases que el que no sea una universidad orientada a los negocios. La limitada calidad de un artículo basado en apreciaciones subjetivas y contingentes –una mera opinión y verdadero panfleto. O el periodismo que se vende a partir de cobijar y dispersar meras opiniones y formas panfletarias, en una casi absurda idea de dar voces a todos, aunque en realidad, como puede verse casi siempre, es sobre todo a unos cuantos.

Al final, en realidad, lamento más que el camino de las humanidades en este país, que además se ha destacado por ellas, siga siendo tan difícil.
Ernesto Priani (el original está en su sitio www.ernestopriani.com)


Y sin embargo, ya es famoso. Por lo mismo que él.
Ahí se los dejo, saludotes.

Yo, merocles
Venido desde el Poli y Egresado de Comunicación, FES-A, UNAM