Alice se levató como siempre después de otro día de intensidad...no fue un sueño. Esta en El conejo negro rodeada de cientos de jóvenes que como ella, tienen los ojos brillantes como las estrellas al contacto con la luz intermitente del lugar.
Alice no sabía para donde ir...ni a quien hablar... nadie parecía escuchar sus gritos... pero le parecía familiar, eso ya le había sucedido antes; al correr tras el conejo horas atras comenzó a tener recuerdos de años anteriores: de escaleras profundas, de paredes coloridas, de olores atractivos, de pequeños muñecos que corrían a su alrrededor. De su tía Karen llevándole de compras, de su madre y de su hermana negándose a dejarla correr con los guapos hare krishnas que la invitaron a India para conocerse a sí misma... todo era tan familiar, tan conocido; pero más intenso.
Alice no recibía respuesta pero estaba segura de que si ese lugar podía tener un nombre, ese nombre debía ser: CASA.
Alice no sabía para donde ir...ni a quien hablar... nadie parecía escuchar sus gritos... pero le parecía familiar, eso ya le había sucedido antes; al correr tras el conejo horas atras comenzó a tener recuerdos de años anteriores: de escaleras profundas, de paredes coloridas, de olores atractivos, de pequeños muñecos que corrían a su alrrededor. De su tía Karen llevándole de compras, de su madre y de su hermana negándose a dejarla correr con los guapos hare krishnas que la invitaron a India para conocerse a sí misma... todo era tan familiar, tan conocido; pero más intenso.
Alice no recibía respuesta pero estaba segura de que si ese lugar podía tener un nombre, ese nombre debía ser: CASA.
|