...y a la mañana siguiente seguíamos discutiendo el cómo y por qué de esos problemas saborizados. Ni idea tengo de qué concluimos pero supongo que no fue fácil. Después de todo, estaban a punto de terminarse y el deseo siempre es mayor que aquello que lo satisface. Todo un reto. Recuerdo que en particular tú sostenías en tus manos, sin soltarla, un espécimen brillante y atractivo; aún lo deseo. Las notas, de nuevo, corren despavoridas acompañadas del tono oscuro y del claro y el gordo y el delgado. Arriba, abajo. No la alcanzo. Rojiza, brillante, atractiva. Algún día.
sábado, 21 de febrero de 2009
Me he de discar la cereza
Lo doné alegremente OdeenR siendo las 7:53 p.m.
Tags: Momentos de Sicodelia
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