domingo, 8 de marzo de 2009

Y sin embargo, aún soy fan de las Mujeres.

Esta es la tercera vez que lo hago (2007, 2008), cada día que lo pienso me doy cuenta de que yo mismo estoy contradiciendo mis propias palabras y principios. Siempre he dicho que no se necesita un día específico para celebrar a alguien: el día de nacimiento no vale, por ejemplo, por la sencilla razón de que absolutamente todos vinimos al mundo en medio de líquido viscoso, desnudos, midiendo menos de un metro y ensangrentados. Toda una escena gore, pero sin embargo, común y ya sin mucha gracia. El chiste de la vida no es llegar, sino dejar una huella al irse.

Es en esto donde llego a pensar que escribir un buen discurso manifestando a todos mi admiración por las mujeres no habla nada bien de mí, sobre todo si lo hago cada año en las 24 horas siguientes a la conmemoración oficial de su género que, por lo menos en este país, provoca escenas tan patéticas como ver a actrices y famosas decir que están orgullosas de sí mismas. 

Y sin embargo... soy fan.

Soy fan de aquellas que a pesar de tiempos complicados y momentos tristes, te dirigen una mirada brillante y consoladora, una sonrisa que te contagia y caricias que hacen sentir vivo a la más engreida bestia.

Soy fan de aquellas que tienen los ánimos arriba y les vale una verga y dos montones que las vean levantarse y llevar cargas que muchos de mi género no llevarían jamás.

Soy fan de ellas. Ellas que sonríen porque quieren sonreir, que aman porque deciden amar. Que son más heróicas que cualquier dibujo y cualquier activista con vestidos Dolce Gabana.

Soy fan de su brillo, de su tenacidad. De su fuerza.

Soy fan de su valentía y soy fan de que no les interese un comino que exista un día oficial para ellas y que no exista uno para nosotros. Que no basen su ánimo en chistes que ridiculizan al género donde todos son iguales. Que en ellas mismas esté lo que mueve al género, sin tener que decir una sola palabra que nos ponga a raya. Que con su sóla precencia me hagan voltear y admirarlas.

Lo sé, y ustedes también: he sido un cerdo, y lo sigo siendo. Pero detrás de esa pared de cochinadas, está alguien que es fan siempre, pero que por su necedad y afan de hacer repelar, se levanta y lo escribe cada año, el mismo día. 

Definitivamente soy su fan. No de todas, ya lo saben, pero fan.