Si tan sólo tuviera otra vez esa mirada... tan llena de vida, tan brillante. Tan bizca. Tan tuya.
Tan rojiza, tan caliente. Impregnada de delirantes fluidos que brotan desde tu maravillosa y adormecida nariz operada.
Compartir contigo esos momentos de intenso dolor. La mirada que sólo tú sabes darme cuando desaparezco para desalojar mi cuerpo de las cosas malas. Intenso dolor en mi cabeza que sube desde mi corazón para hacerme recordarte y añorarte. Y amarte cada día más.
Lo único que deseo es tenerte, mirarte, reposar en ti como cachalote en primavera. Sudoroso, mortal. Pero siendo todo tuyo.
Hasta los zombies tenemos derecho a amar.
|